Odilio llevaba planeando desde unos meses antes un viaje relámpago de su lugarteniente el fraile Edmundio a Vaticano.
Viajó desde Peinador hasta Fiumicino en una oferta de Ryanair.
En el Vaticano le esperaba el Teniente de la Guardia Suiza gran amigo de Edmundio que tuvo el honor de ayudar a colocar la casulla al Papa Francisco antes de la misa dominical.
El motivo del viaje de Edmundio no es otro que pedir ayuda espiritual y monetaria al Santo Padre para iniciar la cruzada contra Sei Persei.
Francisco se lamentó del estado putrefacto de la finanzas vaticanas por culpa, de según el, del "carota de Marzinkus" pero prometió santificar la empresa bélica contra el infiel a través de una bula prometiendo el cielo a quien muriese en acto de servicio.
Odilio el misericordioso espera con ansiedad las noticias de Edmundio orando y ayunando noche y día en la capilla del Casillo de Maceda.
Quiere ser recordado como el unificador de los pequeños "reinos" de Ourense bajo la sombra protectora de la Santa Cruz.
Cebolón su probador de alimentos ha engordado ya un par de kilos más ya que aprovecha la comida que deja intacta Odilio en su ayunar. Llama varias veces al día a cocinas para solicitar más viandas para su Alteza almacenándolas en sus aposentos para engullirlas llegada la noche.
Como república neutral la Visir de Mingarabeiza se declara al margen del conflicto entre Odilio y Sei Persei pero sospecha que será la segunda presa del rey cristiano.
Quiere ganar tiempo para organizar su ejército compuesto prácticamente de voluntarios milicianos exiliados del Couto Mixto al mando de O´Gando famoso por su gran visión de las tácticas guerreras.
Sin embargo la Visir está en el punto más bajo de popularidad de su reinado. Varios escándalos financieros salpican a su familia, el de su hija la Visirita comprando acciones con el Arzobispo Humberto de la mina de Cecrisina con la recaudación del Domund es de lo más sonado.
Su matrimonio hace aguas y quiere repudiar al Visir Consorte.
Desde su affaire con Durao Barroso se ha vuelto impopular hasta en Portugal. Van Rompuy considera que este lío puede ser el inicio del fin del euro y la Unión Europea.
Durao al llegar a su mansión en Bruselas descubre con estupor que su mujer había cambiado la cerradura de la puerta teniendo que ir a dormir al piso de Almunia al sofá del salón.
